Anda libre en el surco, bate el ala en el viento,
late vivo en el sol y se prende al pinar.
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:
¡le tendrás que escuchar!
Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,
ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:
¡lo tendrás que hospedar!
Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.
Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.
No te vale decirle que albergarlo rehúsas:
¡lo tendrás que hospedar!
Tiene argucias sutiles en la réplica fina,
argumentos de sabio, pero en voz de mujer.
Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:
¡le tendrás que creer!
Te echa venda de lino; tú la venda toleras.
Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.
Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras
¡que eso para en morir!
Gabriela Mistral
3 comentarios:
Muy bello tu blog. El poema como si fuera una adivinanza ya desvelada es maravilloso.
Un saludo
www.jesusdominguez.blogspot.com
Es.....!!!! ¿como lo diria yo?.... entrelazado entre palabras es bellisimo la verdad que no sabria bien como esplicarlo me encata leer cosas tan bellas, nos leemos.
http://mery-ghost.blogspot.com/
Gran poetisa Gabriela Mistral.Hacía años que no leía nada de ella. Gracias por traermela de vuelta
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